*In Spanish below
Russia has reengaged with Latin America, offering state-sponsored projects and using tools of economic coercion, sharp power, and information warfare, often exploiting governance deficits and reinforcing state capture. The Kremlin Playbook in the region has targeted key sectors such as energy and agriculture. Russia’s largest oil and gas companies have gained significant footprint in Latin America, bringing in around $14 billion in revenues from selling discounted petroleum products to the region since 2022. Some of the 100 largest Russian companies, including many sanctioned by the West, have expanded the stock of their financial assets held in Caribbean offshore hubs to $70 billion. At the same time, Russia has deployed sharp power instruments to co-opt political elites, civil society organizations, cultural and academic networks, and media outlets to promote narratives that undermine the region’s social and political cohesion.
The current analysis examines Russia’s economic and political influence in Latin America, which is based on the entrenchment of asymmetrical dependencies in the region. To counter these strategies, CSD proposes targeted reforms for improving the quality of governance, accelerating economic diversification and boosting international cooperation.
Rusia ha renovado su compromiso con América Latina, impulsando proyectos respaldados por el Estado y empleando herramientas de coerción económica, poder agudo y guerra de información, a menudo, aprovechando los déficits de gobernanza y fomentando la captura del Estado. El manual del Kremlin en la región se ha enfocado en sectores clave como la energía y la agricultura.
Las principales empresas rusas de petróleo y gas han logrado establecer una presencia significativa, generando alrededor de 14.000 millones de dólares en ingresos por la venta de productos petrolíferos con descuento desde 2022. Asimismo, algunas de las 100 mayores empresas rusas, muchas de ellas sancionadas por Occidente, han incrementado hasta 70.000 millones de dólares el valor de sus activos financieros en paraísos fiscales caribeños. Paralelamente, Rusia ha desplegado tácticas de poder agudo para cooptar a las élites políticas, organizaciones de la sociedad civil, redes culturales y académicas, así como medios de comunicación, con el fin de promover narrativas que erosionan la cohesión social y política en la región.
Este análisis examina la influencia económica y política de Rusia en América Latina, que se basa en el establecimiento de dependencias asimétricas en la región. Para contrarrestar estas estrategias, el CSD propone reformas concretas para mejorar la calidad de la gobernanza, acelerar la diversificación económica e impulsar la cooperación internacional.